Cuando empecé mi camino buscando una
relación de Amor y Respeto con mi hijo,
hace ya más de 20 años,
una persona muy querida y muy sabia me
dijo
“lo que buscas sólo puede venir de un
cambio de conciencia”.
Con mi mente técnica de entonces, y todavía
novata en cuestiones humanas, pensé
“qué tontería!; es cuestión de aprender a
hacerlo bien”.
Y eso hice, buscar a las personas que me
parecía que “lo hacían bien”.
Así fue como hice el primer gran
descubrimiento de mi vida:
el planteamiento no-directivo de
Mauricio y Rebeca Wild,
del que me enamoré inmediatamente (¡y
sigo enamorada!).
Sin embargo, llegó un momento en que me
dí cuenta de que muchas veces
era incapaz de llevar a la práctica
muchas de las propuestas en las que
creía con tanta convicción.
Confiaba en que mi hijo sabía lo que
necesitaba para su desarrollo…
hasta que me encontraba con alguna
situación que me producía miedo y dejaba de confiar.
Aceptaba su forma de ser…
hasta que chocaba con mis creencias más
profundas y no podía aceptarla.
Le ponía límites para una convivencia en
armonía…
hasta que su frustración me hacía sentir
tan mal que dudaba de mi criterio y los cambiaba.
Le trataba con todo mi cariño…
hasta que me encontraba con algo que no
sabía manejar y el enfado se apoderaba de mí…
Descubrí que mis propias carencias
personales eran la principal dificultad
para construir la relación de Amor y
Respeto que buscaba.
Entonces recordé las palabras que no
había querido escuchar,
entendí lo que significaba ese “cambio
de conciencia”.
Me dí cuenta de que una relación auténtica
se establece desde el SER no desde el
SABER.
Saber lo que mi hijo necesitaba de mí y no poder dárselo me producía mucha
culpa,
me hacía perder la seguridad en mí misma como madre y como persona.
Y así se dificultaba más mi relación con él.
¡Fue una época de profunda crisis personal!
Continué mi búsqueda, e hice el segundo
gran descubrimiento de mi vida:
The Work.
The Work me ha permitido entrar dentro
de mí y encontrar mi verdad.
Me ha permitido confiar en las
situaciones en las que no era capaz de confiar.
Me ha permitido aceptar lo que no era
capaz de aceptar.
Y quizá lo más importante,
me ha traído la seguridad en mí misma,
como persona y como madre.
The Work ha sido el camino que me ha permitido
llevar al corazón lo que había aprendido con la cabeza.
Un camino personal, desde la no-directividad,
para integrar en mí una nueva dimensión
del Amor y el Respeto
Hoy mi experiencia me sirve para apoyar
a otras madres y padres
que también buscan el Amor y el Respeto
como base de la relación con sus hijxs.
Les apoyo para ir más allá del SABER,
Para integrar integrar el Amor y el
Respeto en el SER.