domingo, 5 de enero de 2020

¡Qué difícil decir NO!


Otra de las dificultades más grandes que me encontré en la crianza de mi hijo
es que me sentía muy insegura diciendo NO a sus demandas.
Dudaba, le daba muchas explicaciones,
quería que me comprendiera y así aceptara mis decisiones,
cambiaba de parecer, muchas veces terminaba cediendo,
y necesitaba llegar hasta un extremo muy extremo antes de decir un NO claro.

Consideraba que todas sus demandas eran necesidades.
Consideraba que decir NO sería una frustración terrible para él,
incluso que le perjudicaría en su desarrollo y que no se sentiría querido.
Interpretaba el Amor y el Respeto como complacer a mi hijo.
Pensaba que así quedaría satisfecho y dejaría de demandar.

Resultó que ocurría todo lo contrario, mi hijo cada vez demandaba más,
se volvía exigente y cada vez se enfada más ante el NO.
Como veo que ocurre también a otras mamás y papás,
yo me sentía cada vez más confundida y con más dudas.
Finalmente ya no era posible decir NO sin que estallara una crisis familiar
de enfados, gritos, llantos y frustración.

Mi camino de búsqueda me llevó a encontrar respuestas:
aprendí a distinguir qué demandas era necesario atender y cuáles no.
Aprendí que hay frustraciones que son perjudiciales,
y que hay otras que son parte del desarrollo y no sólo no es necesario evitar
sino que permitirlas aporta muchos beneficios a su hijx.
Aprendí a encontrar dentro de mí la seguridad y la confianza
para poder decir NO con amor, sin estrés y sin enfado,
y para aceptar y apoyar a mi hijo cuando se encontraba ante la frustración.
En definitiva, aprendí un nuevo sentido de la autoridad: la responsabilidad.

Todas las dificultades con las que me encontré en la crianza de mi hijo
convirtieron mi Maternidad en la experiencia más profunda y transformadora de mi vida.
Hoy pongo a disposición de otras mamás y papás
todo el aprendizaje y herramientas de crecimiento personal que me han enriquecido,
para acompañarles en sus propios caminos de búsqueda.